lunes, 22 de octubre de 2007

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La exclavitud en la Edad Media

La adopción de la religión cristiana como religión oficial por el Imperio romano y su posterior difusión durante la edad media por Europa y parte de Oriente Próximo, supuso un intento de mejora de las condiciones de los esclavos, aunque no consiguió eliminar la práctica de la esclavitud. Después de la caída del Imperio romano, durante las invasiones bárbaras entre los siglos V y X, la institución de la esclavitud se transformó en un sistema menos vinculante: la servidumbre.
El islam en el siglo VII reconoció desde sus orígenes la institución de la esclavitud, aunque el profeta Mahoma exhortaba a sus seguidores a que mantuvieran un trato correcto con ellos. En términos generales, los esclavos de los árabes, que en su mayoría realizaban trabajos domésticos, eran tratados con mayor respeto.

Literatura en la Edad Media

Los primeros escritos en castellano aparecen en la alta edad media (ss. X, XI i XII), como consecuencia de la fragmentación política de la Península. Se distinguen dos zonas de gran riqueza: - El camino de santiago en el norte (influencia europea)

La divulgaciónde obras literarias era básicamente oral a través de los juglares que actuaban el plazas de pueblos o patios de castillos acompañados de instrumentos musicales, bailes, acrobacias... El oficio del juglar se conoce como Mester de Juglaría (composiciones épicas).
Un rasgo de la producción artística y literaria de la época es el anonimato debido a que la vida es un paso hacia la vida eterna y los autores escribían para honrar a Cristo.
La sociedad era teocrática, es decir, todo giraba entorno a Dios, esto hacía que muchas de las obras fuerasen dedicadas a ello.


Una de las obras mas reconocidad de la Edad Media fue :

Cantar de Mío Cid.

Éste poema narra las aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar, personaje histórico del s. XI.
Lo forman más de 3700 versos copiados en un manuscrito. Cada uno de los versos está compuesto de dos hemistiquios que dividen el verso en dos partes, el número de versos de cada sílaba es variable.


El poema está dividido en tres cantares:
Cantar del destierro: El Cid es condenado al destierro por parte del rey Alfonso, que piensa que se ha quedado con parte de los tributos cobrados al rey de Sevilla.

Cantar de las bodas: El Cid conquista Valencia mientras espera congraciarse de nuevo con el rey Alfonso recomienda la lealtad de su vasallo.

Cantar de la afrenta de Corpes: los infantes de Carrión se casan con las hijas del Cid en Valencia. Tras ser humillado por los soldados del Cid, se venga de la ofensa realizada azotando a sus mujeres y dejándolas abandonadas en el robledal de Corpes. El Cid pide justicia al rey y sus infantes vencen a los infantes en un duelo.
Se caracteriza por realismo, humanización y fórmulas fijas.

Imagenes de vestimenta







Principales prendas de la Edad Media

Calzas
Las calzas obtuvieron todo su desarrollo desde el siglo XIII hasta finalizar el XV y se llevaban ajustadas a las piernas desde el pie, hechas generalmente de punto (de lana o seda) y bordadas o adornadas. Las calzas eran inicialmente usadas únicamente por los hombres, pues las mujeres iban con los pies y piernas descubiertos, excepto por el zapato. Recién en el siglo XV las calzas empiezan a ser usadas por la mujer. Había diferentes formas de llevar las calzas.
se llamaban bermejas las de color rojo y eran propias de nobles
las calzas italianas eran listadas de arriba abajo y de dos colores diferentes
a la española
ahuecadas
etc.
Antes de dicha época, se había introducido ya el uso aunque menos frecuente de las calzas o medias calzas pero siempre debajo de las túnicas cortas o de los briales pero desde principio del siglo XV fueron suprimiéndose las túnicas y para lucir la gentileza del talle se adoptaron los jubones y
corpiños, junto con las calzas enteras.

Faldas
Las mujeres tomaron por entonces las faldas, también con los jubones y suprimieron la túnica. Toda esta innovación del traje comenzó en Italia, pero no tardó mucho en irse extendiendo por el resto de Europa aunque al principio solo fuera adoptada por los juglares y los pajes de los grandes señores. A España, llegó la moda a mediados de dicho siglo y se extendió en el siguiente.
La falda consistía en una pieza de tela cuadrangular con un agujero en el centro, por el que se ajustaba a la cintura, quedando cuatro picos en la parte inferior. En el Quijote aparece una condesa Trifaldi, que explica lleva una falda triangular con tres picos.


Prendas de abrigo
Para abrigo y vestidura exterior, se llevaban en la Edad Media diferentes mantos y capas, además de los sobretodos antes nombrados. En los primeros siglos, se usó la capa romana abrochada con fíbula por delante o sobre el hombro derecho y también la guasapa o capa con capuchón. Siguió después el albornoz (de imitación arábiga) que era otra capa cerrada hacia el pecho pero abierta y de gran vuelo por abajo y en los últimos siglos de la época se acortaron la capa y los sobretodos que antes llegaban hasta los talones. Y en fin, se usaron otras prendas de que nos dan cuenta los autores del siglo XV, censurando el lujo desmedido (véase, el Arcipreste de Talavera).

Prendas para la cabeza
Para cubrir la cabeza estaba en uso entre los hombres de aquella época el sombrero o casquete cilíndrico o semiesférico o un turbantillo a modo de pañuelo enrollado mientras que las damas solían llevar una cofia terminada en puntas.

Calzado
Para calzado servían según la clase social del sujeto, las antiguas sandalias, los zuecos, los borceguíes y los zapatos muy puntiagudos e incluso las mismas calzas, que a menudo llevaban adheridas al pie unas suelas puntiagudas y largas. Las señoras elegantes calzaban en los siglos XIV y XV altos chapines, especie de chanclos con corcho muy grueso sobre la suela, costumbre que se extendió hasta el siglo XVII.

Influencias de la vestimenta en la Edad Media

Influencia bizantina
La influencia bizantina llevó a los reinos de Occidente el fasto oriental de las amplias túnicas y anchos mantos de lana y seda con bordados de oro y pedrería, muy en boga durante la época carovingia para trajes de ceremonia y para la gente distinguida. Pero la vulgar continuaba con sus calzas o bragas, su sayo o túnica corta y ceñida y su manta, que los visigodos llamaban striges cuando era fina y listada y borda si era de tela basta.

Influencia árabe
La invasión de los árabes influyó notablemente en la vestimenta de los pueblos sometidos quienes adoptaron sus zaragüelles o anchos calzones y sus hábitos casi talares, su faja y su turbante y su gorro semicónico. Pero entre los que lograron la independencia, como los españoles en la Reconquista, el influjo se limitó a la adopción de alguna que otra pieza y al uso de tisúes y otras telas de seda con franjas para la gente rica desde el siglo X. Las prendas más comunes de procedencia morisca entre los españoles fueron el pequeño turbante para la cabeza y la aljuba o corta túnica, a manera de gabán ajustado en los brazos y a la cintura y provisto de botones incluso a lo largo de las mangas.

La Reconquista
Solían llevar los españoles de la Reconquista, sobre todo desde el siglo XI, dos o tres piezas superpuestas a modo de túnicas (la túnica y la loba o sayo sin mangas, además de la camisa) siendo por lo común la superior de ellas el brial, pieza que en sus diferentes formas se adornaba con bordados y se abrochaba con botones, ajustándose al cuerpo desde la cintura arriba y pendiendo de ésta unos faldones por los lados. Estos faldones (que para algunos, constituyen el verdadero brial) se suprimieron o redujeron notablemente desde mediados del siglo XV quedando el cuerpo superior o jubón solo o con pequeñas faldillas y combinado entonces con las calzas enteras. El bambezo, gunapié, la gonela o gonel y el ciclatón (éste último, siempre rico y de gran vuelo) de que nos hablan los documentos de la Edad Media, fueron túnicas talares que se diferenciaban poco y el sobregonel, como indica su nombre era una especie de sobretodo que al admitir una esclavina o un cuello amplio en el siglo XIII, se llamó garnacha, convirtiéndose en gabardina y gabán cuando se hizo más corto y sin esclavina al final de la época.

Vestimenta de la Edad Media

La modestia y el pudor de los cristianos por una parte, la invasión de los bárbaros después y la influencia del imperio bizantino en seguida determinaron el cambio del traje en Occidente desde los primeros siglos de la Edad Media, aunque siguiendo por entonces con el fondo romano. Cesó por completo el uso de la toga ya casi olvidada (salvo para algunos actos oficiales) después del siglo de Augusto. Se usaron más las bragas (especie de pantalones) tomándolas de los bárbaros y ellas o las calzas se llevaban muy sujetas desde el tobillo a la rodilla por medio de correas entrelazadas. Se adoptaron asimismo las calzas, a menudo confundidas con las bragas pero que se diferenciaban de éstas en ser como nuestras medias pero de paño o de cuero y por lo general muy elevadas y de variados tamaños. Las túnicas siguieron usándose cortas sobre las bragas o calzas pero con mangas. En cambio, las capas o mantos eran más amplias en uno u otro sexo y las mujeres las llevaban sobre túnicas talares. Se usaban también las clámides como en la época romana.

Periodos de la musica en la Edad Media

El canto antiguo
El canto (canción llana) es una forma sagrada monódica que representa la música mas temprana conocida de la Iglesia Cristiana. La tradición del canto de los salmos en las sinagogas, fue sin duda una fuerte influencia del Canto Cristiano.
El canto se desarrolló separadamente en varios centros europeos. Entre los más importantes tenemos a Roma, Hispania, Galia, Milán e Irlanda. Este canto era desarrollado como forma de soporte a la liturgia regional usada cuando se celebraba la Misa. Cada área desarrollo su propio canto y reglas de celebración. En España se usaba el canto Mozárabe y muestra la influencia de la música del Norte de África. La liturgia Mozárabe sobrevivió aún a la regla Musulmana, no obstante que fue una corriente aislada y su música fue suprimida mas tarde en un intento de reforzar la conformidad con la liturgia completa. En Milán el Canto Ambrosiano, nombrado por San Ambrosio, fue el estándar, mientras que el Canto Beneventino, fue desarrollado alrededor de Benevento, otro centro litúrgico italiano. El Canto Gálico se usó en la Galia y el Canto Celta lo fue en Irlanda y Gran Bretaña.
Alrededor del 1011 DC, la Iglesia Católica Romana quiso estandarizar la celebración de la misa y los cantos. En esa época, Roma era el centro religioso de la Europa occidental y Paris era el centro político. Los esfuerzos de estandarización consistieron principalmente en combinar estas dos regiones litúrgicas (Romana y Galia). Este cuerpo de cantos llegó a ser conocido como Cantos Gregorianos. Por el siglo XII y XIII los cantos gregorianos habían superdado a todas las otras tradiciones de cantos occidentales, con la excepción de los cantos Ambrosianos en Milán y los cantos Mozárabes en unas pocas capillas Españolas.








El canto gregoriano
Se denomina canto gregoriano a la música religiosa de los cristianos. El canto gregoriano obtiene este nombre en honor al papa Gregorio I (San Gregorio Magno) quien comienza una reforma de la liturgia romana y también recopila y ordena todas las melodías religiosas existentes hasta entonces para darles una configuración más sencilla o llana. El canto gregoriano cuenta con varias características:
El canto litúrgico o gregoriano es la música oficial de la Iglesia Romana.
Es un canto monódico.
Su letra está en la lengua oficial eclesiástica: el latín.
El ritmo no tiene una pulsación predeterminada ya que los acentos rítmicos son los naturales del texto.
Se canta a "capella"
Su sistema musical es de 8 modos gregorianos o eclesiásticos y éstos provienen de los modos griegos.
En su interpretación solo pueden intervenir voces masculinas.
Su finalidad es destacar aún más la oración.
Su origen está en los primeros cristianos.
Es la música del Románico..

La Musica : Una de las tendencias mas importantes

En éste periodo existió tanto música religiosa como secular, aunque de ésta última casi no nos han llegado ejemplos. Debido a que la notación musical se desarrolló tardíamente, la reconstrucción de ésta música, especialmente la anterior al siglo XII, es un terreno dado a conjeturas.

Muchos de los instrumentos usados en la época medieval, perviven aún hoy en día en diferentes formas, aunque su popularidad ha ido decayendo. El cornete medieval es muy diferente de su equivalente moderno, la trompeta.

Estilo y tendencias

La única música medieval que puede ser estudiada es aquella que fue escrita y ha sobrevivido. Dado que la creación de manuscritos musicales era muy cara, debido al costo del pergamino, y la buena cantidad de tiempo necesario para escribir toda una copia, sólo las instituciones muy acaudaladas pudieron producir manuscritos que han sobrevivido hasta la actualidad. Entre esas instituciones generalmente están la Iglesia y las instituciones eclesiásticas, como monasterios, si bien algunas obras seculares también se conservaron en esas instituciones. Estas tradiciones manuscritas no reflejan mucho de la música popular de aquella era. La tendencia general en los manuscritos de música medieval es hacia la complejidad en la armonía, el ritmo, el texto y la orquestación. Al comienzo de aquella época, la música era monofónica y homorritmia en la que aparece un texto cantado al unísono y sin acompañamiento instrumental escrito. En la notación medieval antigua, el ritmo no puede ser especificado, si bien la notación neumática pueden dar claras ideas de fraseos, y otras notaciones posteriores indican el uso de modos rítmicos. La simplicidad del canto, con la voz al unísono y la declamación natural es muy común. La notación de la polifonía se va desarrollando, y su asunción significa que las primeras prácticas formales se inician en ese periodo. La armonía, con intervalos consonantes de quintas justas, octavas (y después, cuartas justas) comienza a escribirse. La notación rítmica permite complejas interacciones entre múltiples líneas vocales de un modo repetible. El uso de múltiples textos y la notación del acompañamiento instrumental se desarrolla al fin de la era.

El Termino de la Edad Media

El final de la Edad Media llega con el final del sistema feudal. Los caballeros feudales empezaron a ser técnicamente superados por el desarrollo de técnicas militares como el arco de tiro largo, arma que los ingleses usaron para barrer a los franceses en la Batalla de Agincourt, en 1415, o la pica, usada por la infantería de mercenarios suizos. Estos mercenarios se volvieron la pesadilla de los caballeros, ya que no peleaban por ideales ni honor, sino por dinero, el cual estaba a disposición de los burgueses, y no de los señores feudales, los que de esta manera pudieron armar sus propios ejércitos. Todo esto llevó al decaimiento de la era medieval.
La
Iglesia Católica, disminuye su poder debido a la Reforma Protestante, además de las nuevas ideas religiosas que trajo la burguesía. La muestra de ello está en el fermento de las herejías a partir del siglo XII (cátaros, valdenses, husismo, wycliffismo, etcétera), en concepciones teológicas que intentaban rebajar el misticismo e imprimir mayor racionalidad al Catolicismo (como por ejemplo Tomás de Aquino o Guillermo de Ockham), y en la seguidilla de desórdenes en la Iglesia que culminaron en el cisma de Occidente y en la mencionada Reforma Protestante.
Disminuido el poder de estos dos grupos, en beneficio de los
reyes y la burguesía, el derrumbe de la sociedad medieval era cuestión de tiempo. Aunque la mayor parte de la población siguió siendo campesina, y la servidumbre existió aún durante bastante tiempo, lo cierto es que ahora las novedades culturales, económicas, sociales, políticas, intelectuales o religiosas ya no provenían del castillo o el monasterio, sino de la ciudad. La mentalidad Teocéntrica se cambió por una antropocéntrica, lo que dio un paso importante y fundamental a la aparición de la Edad Moderna.

El surgimiento de la burguesía

A partir del siglo XIII, la mejora de las técnicas agrícolas y el consiguiente incremento del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que se facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes, se redujeran los tributos de portazgo y se garantizaran formas de comercio seguro y una centralización de la administración de justicia e igualdad de las normas en amplios territorios que les permitieran desarrollar su trabajo, al tiempo que garantías de que los que vulnerasen dichas normas serían castigados con igual dureza en los distintos territorios.
Aquellas ciudades que abrían las puertas al comercio y a una mayor libertad de circulación, veían incrementar la riqueza y prosperidad de sus habitantes y las del señor, por lo que con reticencias pero de manera firme se fue diluyendo el modelo. Las alianzas entre señores eran más comunes, no ya tanto para la guerra, como para permitir el desarrollo económico de sus respectivos territorios, y el rey fue el elemento aglutinador de esas alianzas.
En el
siglo XII surgen los burgos, ciudades en donde apareció la burguesía como nueva clase social. Los burgueses estaban totalmente fuera del sistema feudal, porque no eran ni señores feudales, ni campesinos, ni hombre de iglesia, sino comerciantes. "Los aires de la ciudad dan libertad" se decía, y con razón, puesto que quienes podían radicarse en las ciudades, tenían todo un nuevo mundo de oportunidades que explotar. No era raro que burgueses y representantes del orden feudal se miraran con desconfianza y desdén, aunque se necesitaran unos a otros, por el minuto al menos.
En los burgos surgieron muchas instituciones sociales nuevas. El desarrollo del
comercio llevó aparejado consigo el del sistema financiero y la contabilidad. Los artesanos se unieron en asociaciones llamadas gremios, ligas, corporaciones, cofradías, o artes, según el lugar geográfico. Surgió también el trabajo asalariado, economía monetaria, surgimiento de la banca (crédito, préstamos, letras de cambio) algo virtualmente desconocido en el mundo feudal y el cual origina un incipiente capitalismo. También aparecen las Universidades como respuesta de los gremios de educadores.
El siglo XIV, destaca luctuosamente, por ser el siglo de la
Peste Negra, apocaliptico episodio que sufrió el mundo occidental conocido, Asia y norte de África, que diezmó su población casi un tercio en menos de cinco años (1347-1351).

Imagen de las cruzadas


Las Cruzadas

Las cruzadas fueron una serie de campañas militares comúnmente hechas a petición del Papa Urbano II, que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los musulmanes para la recuperación de Tierra Santa y el Santo Sepulcro.
Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con
Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares Santos de la dominación musulmana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra musulmanes, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra
Juan Sin Tierra y Federico II.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de
Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.
Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales, que son las únicas tratadas en este artículo.
== Julio "el muerto"vivió en los siglos XIII, XIV y XV

Esquema


La Edad Media

La Edad Media es un período histórico que comienza en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente tras ser destronado el último emperador, Rómulo Augústulo, por el jefe de los bárbaros, Odoacro, y finaliza en 1492 con el descubrimiento de América.[1] Algunos historiadores aceptan versiones de su final en 1453 con la caída del Imperio Romano de Oriente.
La Edad Media, o Medioevo, se separa en períodos: Temprana Edad Media (siglo V a siglo IX), Alta Edad Media (siglo IX a siglo XI) y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV).El Medioevo es considerado como una época oscura atrasada cultural y socialmente. Aunque en el Medioevo y el Feudalismo se sentaron las bases del desarrollo de la posterior expansión europea, el nacimiento del capitalismo y la modernidad.
Existe una diferencia entre la Edad Media y el Feudalismo, aunque están muy unidos:
Edad Media: es un período histórico que va del siglo V al XV.
Feudalismo: sistema político, económico y social que rigió en Europa en este período.
Aunque se han propuesto varias fechas para el inicio de la Edad Media, de las cuales la más extendida es la del año 476, lo cierto es que no podemos ubicar el inicio de una forma tan exacta ya que la Edad Media no nace, sino que "se hace" a consecuencia de todo un largo y lento proceso que se extiende por espacio de cinco siglos y que provoca cambios enormes a todos los niveles de una forma muy profunda que incluso repercutirán hasta nuestros días. Podemos considerar que ese proceso empieza a principios del siglo IV con Constantino y en Bajo Imperio y culmina en la época en que se corona el nuevo Emperador de Occidente (
Carlomagno, año 800). Dioclesiano, por ejemplo, realizó un paso previo hacia el Feudalismo cuando prohibió a los campesinos cambiar de domicilio, teniendo que trabajar siempre la misma tierra. El proceso de transición entre la Antiguedad y la Edad Media, se puede resumir en una serie de peldaños consecutivos:
Legalización del cristianismo (principios S. IV).
Crisis total del Esclavismo, se introducen los primeros rudimentos del Feudalismo (Reinado de
Constantino).
Desurbanización de las grandes ciudades romanas de Occidente (s. III a V).
Caída nominal del Imperio Romano, organización política por excelencia del sistema Esclavista (476).
Nacimiento de los primeros estados germanorromanos a raíz del asentamiento de las "tribus bárbaras" (s. V y VI).
Desarrollo y normalización de las instituciones de gobierno de los "estados bárbaros" que habían sobrevivido al siglo V (s. VII-VIII).
Perfeccionamiento y consolidación del Feudalismo como sistema económico de la Edad Media (s. V a IX).
Fundación del
Imperio Carolingio a partir del Reino Franco, es la "semilla de los principales estados europeos" (Año 800)








EPOCAS DE LA EDAD MEDIA







Época del Imperio Carolingio (siglos VIII y IX)



Hacia el siglo VIII, la situación política europea se había estabilizado. En oriente, el Imperio Bizantino era fuerte otra vez, gracias a una serie de emperadores competentes. En occidente, algunos reinos aseguraban relativa estabilidad a varias regiones: Northumbria a Inglaterra, Visigotia a España, Lombardía a Italia, y el Reino Franco a la Galia. En realidad, el "reino franco" era un compuesto de tres reinos: Austrasia, Neustria y Aquitania.
El Imperio Carolingio surge con Carlomagno a principios del siglo VIII. Sus fronteras dominaron una gran parte de la Europa Occidental aspirando a reconstruir la extensión del antiguo Imperio Romano Occidental. Aquisgrán (o Aix-la Chapelle) fue su capital. Creó las marcas para fijar las fronteras y frenar la expansión árabe. También impulso una organización del territorio con los condados. Con la muerte de Carlomagno el imperio se divide en tres quedando fragmentado con el Tratado de Verdún.
El Imperio Carolingio fue la primera gran potencia política europea desde la extinción del Imperio Romano, y esto la Iglesia Católica lo reconoció, coronando a Carlomagno como
Emperador de Occidente, en el año 800. Carlomagno negoció de igual a igual con otras grandes potencias de la época, como el Imperio Bizantino, el Emirato de Córdoba, y el Califato Abasida. Al mismo tiempo, mandó llamar a la intelectualidad de su tiempo a sus dominios, dándole, con la colaboración de Alcuino de York, impulso al llamado Renacimiento carolingio.
El hundimiento del Imperio Carolingio [editar]
Muerto Carlomagno en
814, toma el poder su hijo Ludovico Pío, y los hijos de éste que eran Carlos el Calvo, Luis el Germánico y Lotario, se enfrentaron militarmente disputandose los diferentes territorios del imperio. Esta situación concluyo en el Tratado de Verdún, en el 843.
Esta situación dejo muy debilitado al imperio, lo que permitio que otros pueblos se aprovecharan de esto por lo cual Europa fue duramente golpeada por pueblos bárbaros, entre ellos los
vikingos, cuyas correrías terminaron de destruir lo que empezaba a florecer bajo los carolingios.Todo esto crea una pauta determinante para el fortalecimiento del Feudalismo Europeo.









Época del Feudalismo (siglos X, XI y XII)



El sistema feudal
Caballero medieval del siglo XIII.
El fracaso del proyecto político centralizador de
Carlomagno llevó a la entronización sin mayores contrapesos, de un sistema político, económico y social llamado el Feudalismo. Dos instituciones eran claves para su funcionamiento:
Había una jerarquía de
señores y vasallos vinculados a través del vasallaje. Por el vasallaje, un vasallo se ofrecía a un señor, entablando un contrato en donde el vasallo debía obediencia y lealtad, y el señor debía protección. Ésta era la única manera de garantizar el orden. Los privilegios de la nobleza la obligaban a encargarse de que todo funcionase. Para ello recurrieron a acuerdos de dependencia mutua conocidos con el nombre de relaciones feudo-vasalláticas, que podían ser de dos tipos:
Vasallaje. Es un pacto entre dos miembros de la nobleza de distinta categoría. El caballero de menor rango se convertía en vasallo del noble más poderoso por medio de la Ceremonia de Homenaje e Investidura. El vasallo prestaba
homenaje al señor —humillándose ante él— y éste le investía dándole una espada, o bien un báculo si era religioso. El señor protegía al vasallo y le otorgaba un feudo (un castillo, un monasterio o un simple sueldo), a cambio, el vasallo le juraba fidelidad y estaba obligado a prestarle ayuda militar y consejo.
Encomienda. Es un pacto entre los campesinos y el señor feudal. El señor acogía a los campesinos en su feudo, les proporcionaba una pequeña porción de tierra (manso) para que pudieran subsistir y les protegía si eran atacados. A cambio, el campesino se convertía en su siervo y pasaba a la doble jurisdicción del señor feudal: el Señorío Territorial, que obligaba al campesino a pagar una parte de sus rentas al noble; y el Señorío Jurisdiccional, que convertía al señor feudal en gobernante y juez del territorio en el que vivía el campesino.
La sociedad estaba organizada de manera estamental, en los llamados
estamentos u ordines: nobleza, clero y campesinado (los hombres que guerrean, los que rezan y los que trabajan, según una formulación de la época).
Nobleza feudal. Los bellatores o guerreros era la Nobleza, en ella distinguimos: La alta nobleza (marqueses, condes y duques) poseía grandes feudos; y la baja nobleza o caballeros (barones, infanzones, hidalgos…), con feudos pequeños, eran vasallos de los más poderosos.
Clero feudal. Los oratores o clérigos era la Iglesia: algunos formaban una élite poderosa llamada alto clero (abades, obispos), y otros más humildes (curas de pueblo o monjes) estaban subordinados a su autoridad.
Pueblo llano. Los laboratores o trabajadores, era el pueblo llano, por tanto, los más numerosos, y generalmente estaban sometidos a los otros estamentos. Estaban compuestos por campesinos, siervos de los señores feudales, y que eran los más numerosos, y por artesanos, que eran escasos y vivían en las pocas ciudades que había. Si dependían del rey (realengo) y no de un señor feudal, prosperaban más.
Las tres órdenes eran consecuencia básica de la estructura social a la caída del
Imperio Romano. Así, los señores feudales eran la continuación de aquellos grandes terratenientes que habían imperado casi sin contrapesos (exceptuado el paréntesis carolingio) desde el siglo XII, mientras que el campesinado era la continuación del antiguo agro romano. El clero, por su parte, tenía su lugar gracias a la influencia que la Iglesia Católica había ejercido desde finales del Imperio, y comienzos de la Edad Media. El campesino lo era por herencia, y rara vez tenía oportunidad de ascender de nivel. El noble lo era generalmente por herencia, aunque en ocasiones podía alguien ennoblecerse como soldado de fortuna, después de una victoriosa carrera de armas (como fue el caso, por ejemplo, de Roberto Guiscardo). El clero, por su parte, era reclutado por cooptación. Todo esto le daba al sistema feudal una extraordinaria estabilidad, en donde había "un lugar para cada hombre, y cada hombre en su lugar", al tiempo que una extraordinaria flexibilidad, porque permitía al poder político y económico atomizarse a través de toda Europa, desde España hasta Polonia.
Esta nueva estructura social encontró concreción en una nueva forma de arte, el llamado
arte románico, cuyo antecedente más remoto es la Capilla Palatina de Aquisgrán construida en tiempos del Imperio Carolingio, y que manifestó todo su esplendor en el llamado Estilo Otónico que imperó en Alemania durante el siglo X, y comienzos del siglo XI.
La expansión del sistema feudal [editar]
La enorme flexibilidad del
Feudalismo como sistema social permitió el desarrollo de dos procesos, que se retroalimentaron mutuamente favoreciendo una rápida expansión. Por una parte, al asignarle un lugar a cada persona dentro del sistema, permitió la expulsión de todos aquellos para quienes no había lugar, enviándolos como colonos y aventureros militares a tierras no ganadas para la Cristiandad Occidental, expandiendo así brutalmente sus límites. Por la otra, al asegurar un cierto orden y estabilidad social para el mundo agrario, difuminando las guerras hasta convertirlas en una especie de rumor sordo de la época, permitió el inicio de la concentración de riquezas que llevaría a la vuelta de poco tiempo al resurgimiento económico de Europa Occidental. Irónicamente, ambos procesos terminarían por minar las bases del feudalismo, y llevarlo hacia su destrucción.
La expansión geográfica se llevó a cabo, o se intentó llevar a cabo, al menos, en varias direcciones. En
España, después de la disolución del Califato de Córdoba en al año 1031, se creó un vacío de poder que los reinos feudales cristianohispánicos de Castilla, León, Navarra, Portugal y Aragón intentaron aprovechar, expandiéndose en la llamada Reconquista. En las Islas Británicas, el reino de Inglaterra intentó repetidas veces invadir a Gales, Escocia e Irlanda, con mayor o menor éxito. En Europa del Norte, acabadas las invasiones de los vikingos, las riquezas saqueadas por éstos sirvieron para adquirir productos y servicios occidentales, creando en el Mar Báltico una próspera red comercial que atrajo a los escandinavos a la civilización occidental. Muchos descendientes de vikingos, apodados los normandos, se instalaron en Normandía, Inglaterra, Sicilia y el sur de Italia, creando reinos centralizados y eficientes: entre ellos están Rolón, Guillermo el Conquistador y Rogerio I de Sicilia. En el este, en el año 955, Otón el Grande batió a los magiares en la Batalla del Río Lech y reincorporó Hungría a Occidente, al tiempo que comenzaba la "germanización" de Polonia, hasta entonces pagana. Poco después, en tiempos de Enrique el León (siglo XII), los alemanes se abrían paso a través de las tierras de los vendos, hasta el Mar Báltico. Pero sin lugar a dudas, el movimiento de expansión más espectacular, aunque finalmente fallido, fueron las Cruzadas, en donde selectos miembros de la nobleza guerrera occidental cruzaron el Mar Mediterráneo e invadieron el Medio Oriente, creando reinos de efímera duración.
El balance de esta expansión fue espectacular. En la época del
Tratado de Verdún de 843, el sistema social cristianooccidental se extendía por Francia, parte de Alemania, la porción sur de las Islas Británicas, y la mitad norte de España e Italia. Un siglo después, en la época de Batalla del Río Lech (955), no había región de Europa Occidental a salvo de los invasores bárbaros. En la época de la Batalla de Navas de Tolosa (1212), por su parte, habían sido "occidentalizadas" toda Italia hasta Sicilia, Escocia, Gales, cerca de la mitad de la Península Ibérica, Polonia y Escandinavia, y las incursiones militares occidentales habían puesto en manos occidentales lugares tan lejanos como Constantinopla o Jerusalén, al tiempo que tierras como Lituania, Bohemia o Irlanda estaban sometidas a una presión militar occide
ntal cada vez mayor.
Todo esto tuvo por consecuencia la creación de nuevas redes comerciales, que contribuyeron a la suerte de "milagro económico" que a veces es llamada la
revolu





ción del siglo XII.